Ciudad de Mexico / El Gobierno de
Estados Unidos investiga ya a las empresas mexicanas que, según reveló ABC,
están dando salida al petróleo venezolano para distribuirlo en mercados
internacionales, sobre todo en Asia, según fuentes oficiales en Washington
consultadas ayer por este diario.
La Casa Blanca
pedirá información al Gobierno mexicano, y espera que este le ayude a
esclarecer si las tres empresas, incluida la distribuidora Jomadi, están
vulnerando las sanciones impuestas por el presidente Donald Trump sobre el
sector petrolífero de Venezuela, del que Nicolás Maduro se vale para sostener
la estructura de su régimen.
Es más: el último contrato entre una empresa mexicana
y el régimen de Maduro no podrá cumplirse si no da su permiso el Gobierno de
Andrés Manuel López Obrador, ya que incluye la exportación de gasolina a
Venezuela.
La empresa
mexicana Jomadi, que según reveló ayer ABC el pasado 17 de marzo acordó con el régimen
de Maduro la extracción de cinco millones de barriles de crudo de Venezuela a
precio de saldo, no figura en la lista aprobada de exportaciones de
hidrocarburos del Gobierno de México.
En virtud del acuerdo al que tuvo acceso
ABC, esa empresa mexicana, Jomadi, recibirá el petróleo crudo venezolano en
puertos de Turquía a cambio de una cantidad de litros de gasolina de 95 octanos
que se decidirá a futuro y se depositará en buques en aguas costeras
venezolanas.
No figura la
empresa Jomadi en el listado oficial de los permisos otorgados por la
Secretaría de Energía de México para la exportación de petrolíferos e
hidrocarburos, que estaba vigente y actualizado al 2 de abril de 2020.
Sí
estuvo Jomadi en años anteriores, hasta 2019, en el listado de permisos para
cuantiosas importaciones de gasolina de diverso octanaje, diésel y turbosina,
un queroseno proveniente del destilado intermedio del petróleo, que es usado
como combustible para aviones, jets y helicópteros.
Al 31 de marzo de
2020, según la Secretaría de Energía mexicana se encuentran vigentes 216
permisos de importación y 32 permisos de exportación. En ninguno de ellos
figura Jomadi, a pesar de que esa empresa en teoría debe canjear el petróleo de
ofrece Maduro a precio de saldo para conseguir liquidez por una cantidad a
determinar de gasolina de 95 octanos. El plazo del contrato con Pdvsa, la
petrolera estatal venezolana, es desde el 25 de marzo al 25 de julio.
En varias
comunicaciones oficiales y licitaciones, Jomadi se describe como «distribuidor
de Pemex». Esta última es la empresa estatal productora, transportista,
refinadora y comercializadora de petróleo y gas natural de México. La prioridad
ahora de la Administración Trump es asegurarse de que combustible de la empresa
pública mexicana no acaba en manos del régimen de Maduro.
Desde diciembre,
la Casa Blanca ha advertido a las últimas empresas internacionales que canjean
combustible como gasolina o diesel por crudo venezolano -la india Reliance, la
italiana Eni y la española Repsol- de que se arriesgan a sanciones secundarias
si no ponen fin a esta práctica.
Pemex, por su
parte, tiene un grave problema de pérdida de combustible, sobre todo por robo.
Reducir esas pérdidas ha sido una de las prioridades de López Obrador, en el
cargo desde el 1 de diciembre de 2018.
En enero el director de Pemex, Octavio
Romero, reveló en conferencia de prensa que en 2019 la empresa pública sufrió pérdidas
de 1,8 millones de barriles, en su mayoría por robo, frente a los 20 millones
de barriles extraviados un año antes.
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