Guayaquil Ecuador / El País - Los
muertos de coronavirus en Guayaquil tendrán mejor descanso que despedida. La
ciudad costera ecuatoriana es el principal foco de contagio en el país y ha
vivido en la última semana una “emergencia mortuoria” -en palabras del
funcionario responsable de darle solución- que, en primer lugar, tuvo a los
cadáveres durante días en sus casas o en la calle sin ser retirados por los
servicios funerarios y, en segundo, dejó de garantizar la correcta
identificación y manejo de los cuerpos una vez trasladados a las morgues de los
hospitales.
La autoridad
municipal y la nacional se han propuesto, en cambio, que no haya más problemas
ni imprevistos en el lugar de sepultura. Con ese fin, a los camposantos ya
existentes en la ciudad, se suman ahora dos cementerios en el norte y en el sur
guayaquileños con capacidad para 12.000 tumbas.
Pese a que la
cifra oficial de muertos por la Covid-19 era de 402 este martes, entre
diagnosticados y probables, la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, ofreció
12 hectáreas de terreno entre dos cementerios para las víctimas del
coronavirus. Uno de ellos es nuevo y el otro ya estaba contemplado como
ampliación de un camposanto.
“Hemos perdido
más de 400 vidas.
Es una peste destructora. Y aunque estos son temas que no son
de mi competencia, sí son de mi incumbencia”, justificó Cynthia Viteri en un
vídeo publicado en Twitter donde daba a conocer la iniciativa. Lo hizo con un
tono mucho más cooperador que aquel en el que explicó por qué al inicio de la
crisis sanitaria ordenó impedir la llegada de un avión de Iberia al aeropuerto
de la ciudad.
“A veces hay que
cruzar la línea por un bien mucho mayor: sus vidas. Por eso, hemos tomado
decisiones que, a pesar de ser controvertidas, tienen como objetivo y prioridad
defender la integridad de los habitantes de la ciudad que tiene la mayor
cantidad de contagios”, defendió de nuevo la alcaldesa, que también dio
positivo en las pruebas de Covid-19. Como ella, en Guayaquil, hay 1.846 casos
confirmados que son casi el 68% de los 3.995 registrados a escala nacional.
Ese episodio
generó fuerte fricción con el Gobierno nacional pero, tras el anuncio de los
dos nuevos camposantos, parece haber quedado en el pasado. “Todo es gracias al
frente creado entre el Gobierno nacional y este municipio”, presumió Viteri,
hablando de vehículos, personal y fundas mortuorias entregados para ayudar en
la emergencia sanitaria.
Según Jorge
Wated, coordinador de la Fuerza de Tarea designado para resolver el atasco en
sepultura de cadáveres, ese problema ya está al día. Ya no hay cuerpos,
asegura, que no se recojan en las primeras 24 horas desde el fallecimiento,
tras haberse habilitado un número de teléfono específico para solicitar su
retirada sin colapsar.
También se ha abierto una página web para que los
parientes de los fallecidos que no pudieron hacerse cargo de la inhumación de
forma particular, puedan consultar dónde están enterrados.
“146 compatriotas
tuvieron un sepelio digno y diariamente lo haremos con cada uno de los hermanos
fallecidos”, aseguró el lunes el presidente, Lenín Moreno. Semanas atrás,
cuando Wated hablaba de la “emergencia mortuoria”, él mismo tuvo que aclarar
públicamente que los fallecidos en la crisis sanitaria provocada por el
coronavirus serían sepultados “con dignidad” y “en espacios unipersonales”,
desechando así el planteamiento de crear un fosa común para lidiar con el
aumento de muertos.
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