Ginebra / Suiza - ABC Mundo - Decenas de
ex jefes de Estado y de Gobierno, junto con destacados diplomáticos, académicos
y otras relevantes figuras en las relaciones internacionales, exhortan a los
Ejecutivos del G20 a elaborar una respuesta conjunta al formidable desafío
sanitario y económico que plantea la pandemia a escala global.
Frente al actual
panorama de acciones nacionales y dificultades en articular una reacción común
incluso en bloques homogéneos como la Unión Europea, los firmantes postulan
propuestas internacionales para superar el mayor reto global en décadas.
En el apartado
sanitario, el manifiesto propone la convocatoria de una conferencia de donantes
para, entre otras cosas, ofrecer apoyo financiero a los países con los sistemas
de sanidad más débiles. En el económico, fortalecer la capitalización del Banco
Mundial y otras instituciones financieras regionales, incrementar los fondos
para agencias de la ONU que ayudan a los desfavorecidos y condonar a los países
más pobres el pago de la deuda de este año.
Entre los
firmantes figuran el ex secretario general de la ONU Ban Ki-moon, los
expresidentes de la Comisión Europea José Manuel Barroso y Romano Prodi, los
expresidentes del Gobierno español Felipe González y José Luis Rodríguez
Zapatero, los ex primeros ministros británicos Gordon Brown (uno de los tres
primeros signatarios), Tony Blair y John Major, y una plétora de destacadas
personalidades de la política y otros sectores. A continuación, lea la carta
completa al G-20.
El comunicado
hecho público tras la cumbre extraordinaria de los líderes del G20 el 26 de
marzo de 2020 reconoció la gravedad y la urgencia de la crisis de salud pública
y la crisis económica, pero ahora necesitamos medidas inmediatas y específicas
sobre las que podamos ponernos de acuerdo de inmediato y en la dimensión
necesaria: ayuda de emergencia para las iniciativas mundiales de salud
emprendidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y medidas de
emergencia para restablecer la economía en todo el mundo.
Para ambas cosas es
necesario que los líderes mundiales se comprometan a financiar cantidades muy
superiores a la capacidad actual de nuestras instituciones internacionales.
En 2008-2010, la
crisis económica inmediata pudo superarse cuando se hizo frente a la línea de
fractura económica: la subcapitalización del sistema bancario mundial. Ahora,
sin embargo, la emergencia económica no podrá resolverse hasta que se haya
resuelto la emergencia sanitaria; y esta no se acabará solo con vencer a la
enfermedad en un país, sino garantizando la recuperación de la Covid-19 en
todos los países.
Todos los
sistemas de salud —incluso los más avanzados y mejor financiados— están
tambaleándose bajo la presión del virus. Ahora bien, si no hacemos nada
mientras la enfermedad se propaga por ciudades pobres de África, Asía y
Latinoamérica y en comunidades frágiles con muy pocos equipos para realizar
pruebas, respiradores y suministros médicos, y en los que el distanciamiento
social e incluso el lavado de manos son difíciles de garantizar, el coronavirus
persistirá en esas zonas y reaparecerá para atacar el resto del mundo con
nuevos brotes que prolongarán la crisis.
Los líderes
mundiales deben ponerse inmediatamente de acuerdo en dedicar 8.000 millones de
dólares —según lo previsto por la Junta de Vigilancia Mundial de la Preparación—
a cubrir los vacíos más urgentes en la respuesta contra la Covid-19. Las
partidas deberán ser las siguientes:
1.000 millones de
dólares este año para cubrir las necesidades urgentes de la OMS: con ellos,
podrá desempeñar plenamente sus cruciales funciones. Aunque la OMS ha hecho un
llamamiento público y 200.000 personas y organizaciones ya han aportado
generosamente más de 100 millones de dólares, no podemos pretender que dependa
exclusivamente de las donaciones benéficas.
3.000 millones de
dólares para vacunas: La Coalición para las Innovaciones en Preparación para
Epidemias (CEPI) está coordinando los esfuerzos internacionales de
investigación para desarrollar y producir en masa vacunas eficaces contra la
Covid-19. La Alianza Global para Vacunas e Inmunización (GAVI) tendrá un papel
fundamental en la adquisición y distribución de dichas vacunas, y necesita
7.400 millones de dólares para su reabastecimiento, que habrá que financiar.
2.250 millones
para tratamientos terapéuticos; el Acelerador Terapéutico para la Covid-19
tiene la intención de distribuir 100 millones de tratamientos antes de que
termine 2020, y necesita dinero para desarrollar y extender rápidamente el
acceso a dichas terapias.
En lugar de que
cada país, estado o provincia compita por una parte de las reservas existentes,
con el riesgo de un rápido aumento de precios, debemos aumentar la oferta, para
lo que es necesario ayudar a la OMS a coordinar la producción y la adquisición
mundial de suministros médicos, como tests, equipos de protección individual y
tecnología de telecomunicaciones, con el fin de cubrir la demanda mundial.
También habrá que reservar recursos para acumular y distribuir material
esencial.
Se debería dar
acceso a los acuerdos de canje de divisas a un grupo más amplio de bancos
centrales, y el Fondo Monetario Internacional (FMI) debería firmar acuerdos de
canje con los principales bancos centrales. Además, el Fondo debería utilizar
esas reservas de divisas fuertes y establecer su propio instrumento de canje
para ofrecer ayuda financiera de emergencia a los países emergentes y en
desarrollo. Pero es vital que, para evitar despidos masivos, las garantías que
se ofrezcan en cada país vayan inmediatamente acompañadas de la puesta en
práctica de la ayuda a las empresas y las personas por parte de los bancos
locales.
Las economías
emergentes —y en particular, las de los países más pobres— necesitan una ayuda
especial, entre otras cosas para asegurar que los recursos lleguen a todos los
perjudicados por el drástico descenso de la actividad económica.
El FMI ha
dicho que va a movilizar todos sus recursos. Debería haber una asignación
adicional de 500.000 – 600.000 millones de dólares en forma de Derechos
Especiales de Giro (DEG). Al mismo tiempo, para garantizar que cada país tenga
suficiente financiación, recomendamos a los miembros del FMI que permitan que
se excedan los límites de la cuota de préstamo en los países más necesitados.
Asimismo se
necesitarán otros 35.000 millones de dólares, tal como ha destacado la OMS,
para ayudar a países con sistemas de salud más débiles y poblaciones
especialmente vulnerables; entre otras cosas, para suministrar material médico
fundamental, dar más apoyo al personal sanitario nacional (el 70% del cual, en
muchos países, lo forman mujeres mal remuneradas) y reforzar la resistencia y
la preparación de cada país.
Según la OMS, casi el 30% de los países no tienen
planes nacionales de respuesta a la Covid-19, y solo la mitad dispone de un
programa nacional de prevención y control de las infecciones. Los sistemas de
salud en los países de rentas más bajas tendrán más dificultades, y las
estimaciones más optimistas del Imperial College de Londres indican que se
producirán 900.000 muertes en Asia y 300.000 en África.
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