Rome Reports- En los últimos
años, la Iglesia nicaragüense ha atravesado una compleja situación, en especial
tras las violentas manifestaciones de 2018. En una de ellas incluso agredieron
al obispo auxiliar, Silvio Báez.
"Los obispos
hemos podido constatar en persona el rostro agresivo, asesino de la estructura
que está dominando a Nicaragua en este momento", declaró el Obispo
Auxiliar de Managua.
"Se trata de
una serie de problemas que pusieron a la Iglesia en una situación muy difícil.
El Gobierno comenzó a ver a la Iglesia con mucha atención, como un potencial
enemigo que, con una voz clara, muy crítica, pero sobre todo muy escuchada. Y
esto era lo que más molestaba. Que las personas escuchan a la Iglesia, escuchan
a los obispos", dijo.
Silvio Báez,
obispo auxiliar de Managua, se convirtió en una de las voces más críticas de la
crisis social que vive el país. Las tensiones se multiplicaron, recibió
amenazas de muerte y el Papa le pidió que abandonara el país.
"El Papa
Francisco, al inicio del 2019, me pidió dejar el país por un tiempo para
proteger mi vida y me pidió ir a Roma. Sin ninguna misión particular,
simplemente con el deseo de proteger mi vida. Recuerdo una frase suya: 'No
quisiera otro obispo mártir en Latinoamérica'".
Actualmente se
encuentra en Miami, junto a su familia, que vive allí exiliada. Dice que, a
pesar de estar lejos de su tierra natal, su compromiso por la defensa de los
derechos fundamentales de los ciudadanos sigue en pie.
"Yo no
hubiese salido de Nicaragua, no hubiese dejado jamás el país. Como pastor me
siento de corazón cerca de las personas. Aunque estoy afuera me siento
continuamente dentro, estoy allí con las personas; a través de las redes
sociales y sobre todo con la oración".
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