Washington EEUU / EFE - Esta parece ser una de
las bajas amistosas de la Casa Blanca de Trump, convertida en un ir y venir de
personal desde que el republicano puso sus pies en ella en enero de 2017.
Sarah
Huckabee Sanders dejará su puesto como portavoz a finales de este mes, tras
casi dos años en el cargo marcados por las turbulencias, a veces por las
falsedades o inexactitudes de su presidente, o por el temperamento público de
este, o por el propio tumulto de Washington, con la trama rusa o los conflictos
geopolíticos de por medio.
El
mandatario anunció su marcha en Twitter con buenas palabras y le deseó, además,
que se presente a gobernadora de su Estado, Arkansas, en lo que no se sabe si
es un comentario ligero o el avance de una noticia. Al fin y al cabo, y lo sabe
bien Sanders, la comunicación es un asunto complejo en esta Administración.
Formó parte del equipo de Donald Trump desde la campaña y
fue adjunta del portavoz, Sean Spicer, hasta su dimisión en julio de 2017 (tras
apenas seis meses en el cargo, también, caracterizados por los conflictos y la
tensión con los periodistas).
Entonces Sanders, hija de un exgobernador de
Arkansas, pasó a la primera línea y se convirtió en fiel escudera de un estilo
de comunicación presidencial más que heterodoxo: Trump ha normalizado el ataque
personal en Twitter y plagado de falsedades o errores sus discursos públicos.
El informe del fiscal especial Robert S.
Mueller sobre la trama rusa y el posible delito de obstrucción a la justicia
contra Trump la dejó malparada: a los investigadores les reconoció que aquello
que había dicho a los medios de comunicación de que muchos miembros del FBI le
habían manifestado su contento por el despido de James Comey no se basaba en
nada.
También ha roto con la tradición de las ruedas de prensa diarias que los
portavoces solían convocar: hace casi tres meses que no da ninguna, aunque el
presidente responde a preguntas e improvisa ruedas de prensa continuamente.
"Después de tres años y medio, nuestra maravillosa
Sarah Huckabee Sanders dejará la Casa Blanca al final de este mes y regresará a
casa, al gran Estado de Arkansas...
Ella es una persona muy especial, de
talento extraordinario, y ha hecho un trabajo extraordinario. Espero que decida
presentarse a gobernadora de Arkansas, sería fantástica. Gracias, Sarah, por el
buen trabajo que has hecho", escribió Trump en su cuenta de Twitter. En un
breve discurso en la Casa Blanca, Sanders se despidió poco después asegurando
que haber ejercido de portavoz había sido "el honor de una vida y la
oportunidad de una vida".
"No podría estar más orgullosa de servir al
país y en particular de trabajar para ese presidente, ha cumplido mucho",
señaló. La Administración no ha comunicado aún quién la sustituye. Su marcha
—pacífica— se suma a una ristra de bajas voluntarias y forzosas que han
caracterizado la era Trump, aunque especialmente estruendosas, como la de Jim
Mattis, el jefe del Pentágono que dimitió en diciembre con un comunicado muy
duro contra el republicano, o la de Jeff Sessions, a quien el mandatario cesó
como fiscal general por desavenencias públicas.
Cerca de 40 altos cargos han
dejado el Gobierno en estos dos años y medio, no se recuerda una hemorragia así
en otra Administración.
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