El Centro
Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) denunció este jueves que dos
ciudadanos europeos fueron víctimas de una "brutal golpiza" por
presuntos paramilitares sandinistas, en el marco de la crisis sociopolítica que
atraviesa Nicaragua.
Los ciudadanos
agredidos en la ciudad de Chinandega (noroeste) por las llamadas "turbas
sandinistas" fueron identificados como Santiago y Diego Coppens, hermanos
de la estudiante de nacionalidad belga y nicaragüense Amaya Coppens, quien
guarda prisión por rechazar al Gobierno del presidente Daniel Ortega.
Según la
denuncia, los hermanos Coppens y otros jóvenes regresaban de participar en una
actividad para exigir la libertad de los "presos políticos" el día
24, cuando "fueron interceptados con violencia por aproximadamente 15
paramilitares armados y simpatizantes orteguistas, que de inmediato empezaron a
golpearlos".
Mientras
golpeaban a los jóvenes, los sandinistas ordenaban a los testigos alejarse del
lugar y no comentar el suceso, con disparos al aire, detalló el Cenidh.
Posteriormente
los asaltantes trasladaron al grupo de jóvenes a una delegación policial de
Chinandega, donde estuvieron detenidos varias horas, hasta que fueron liberados
bajo amenazas, indicó la denuncia.
El Cenidh condenó
"categóricamente estos actos de violencia contra disidentes", y
destacó que "en Nicaragua hay una profundización de la impunidad y
recrudecimiento de la represión".
De acuerdo con el
Cenidh, las acciones de los sandinistas y la Policía se dan en el marco de la
crisis sociopolítica que ha dejado cientos de manifestantes presos, muertos o
desaparecidos, y miles en el exilio, desde el levantamiento popular contra
Ortega en abril de 2018.
"Las turbas
y grupos paramilitares actúan con la aprobación de la Policía. En Nicaragua se
dan agresiones selectivas. Con este tipo de agresiones, el régimen quiere
atemorizar a quienes le adversan", agregó la organización humanitaria.
Este mismo jueves
los familiares de 16 "presos políticos" encerrados en una cárcel de
Managua, entre ellos Amaya Coppens, informaron que estos se encuentran en
celdas iluminadas las 24 horas, sin acceso a aseo personal ni sábanas, con
música alusiva a Ortega en alto volumen, bajo amenazas constantes, y manoseos.
Coppens, quien ya
había estado presa nueve meses entre 2018 y 2019, por participar en protestas
antigubernamentales, fue encerrada nuevamente en noviembre, por intentar dar
agua a un grupo de mujeres en huelga de hambre.
El caso de la
estudiante se ha llegado a discutir en el Parlamento Europeo, que recientemente
aprobó una serie de acciones para convencer a Ortega de restablecer el orden
constitucional en Nicaragua.
El Cenidh exigió
la investigación inmediata del caso de los hermanos Coppens y el castigo a los
responsables, así como el "cese de la represión, el desarme de las fuerzas
paramilitares, y el respeto a la integridad física y psicológica de todos los
nicaragüenses".
La crisis ha
dejado al menos 328 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH), aunque organizaciones locales elevan la cifra a 651, mientras
Ortega reconoce 200.
El Parlamento
Europeo, la CIDH y la oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos (Acnudh) han responsabilizado al Gobierno de
Nicaragua por la violencia, que incluye crímenes "de lesa humanidad".
Ortega ha
explicado que se defiende de un "golpe de Estado fallido".
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