Miami Florida EEUU / AP - Erik Prince, un importante
donante republicano y fundador de la empresa de seguridad Blackwater, fue
referido al Departamento del Tesoro debido a posibles violaciones a las
sanciones a Venezuela relacionadas con su reciente viaje a ese país, donde se
reunió con una allegada del dictador Nicolás Maduro, informaron el lunes dos
funcionarios del gobierno de Estados Unidos.
No hay indicios
de que Prince, hermano de la secretaria de Educación Betsy DeVos, será
sancionado por reunirse el mes pasado en Caracas con la vicepresidenta del régimen
Delcy Rodríguez. Pero el hecho de que la visita haya causado alarma resalta la
preocupación de los funcionarios en el gobierno de Trump sobre lo que
aparentemente fue un acercamiento diplomático no autorizado con Maduro.
Los hechos
ocurren en un contexto en que algunos analistas perciben que el presidente
encargado Juan Guaidó no cuenta en Venezuela con el mismo apoyo mayoritario que
tuvo al inicio de su juramentación.
Los
funcionarios estadounidenses hablaron a condición de guardar el anonimato debido
a que no tienen autorización para declarar públicamente sobre el asunto.Se han
revelado pocos detalles sobre el sorpresivo viaje de Prince a Caracas el mes
pasado.
Pero la simple presencia en Venezuela de un empresario con vínculos tan
estrechos a la seguridad nacional de Estados Unidos genera preguntas sobre si
viajó al país sudamericano para abrir una vía de comunicación secreta con
Maduro a nombre del gobierno del presidente Donald Trump, aunque eso es algo
que el Departamento de Estado ha rechazado enérgicamente.
Representa
también una especie de cambio de postura para Prince, quien se creía que a
principios de año había estado promoviendo un plan para formar un ejército de
mercenarios con el fin de derrocar a Maduro.
Una persona con
conocimiento de la visita de Prince dijo que un empresario europeo no
identificado y con vínculos cercanos a Caracas le pidió que realizara el viaje
a Venezuela. Dijo que Prince no hizo ningún negocio ni recibió nada a cambio
por su visita, pues de lo contrario habría incurrido en violaciones a las
sanciones financieras que Estados Unidos ha impuesto al gobierno socialista de
Maduro.
El objetivo del
viaje era reunirse con algunas de las figuras clave en la nación asediada por
la crisis, y no para ser emisario del gobierno de Trump, según dijo la persona,
quien habló a condición de guardar el anonimato debido a que carece de
autorización para declarar sobre el viaje de Prince.
La fuente dijo
que Prince, exmiembro del comando SEAL de la Armada, continúa apoyando el
objetivo del gobierno de Trump de destituir a Maduro, pero cree que el
Departamento de Estado ha fracasado en su intento por lograr el objetivo y que
es necesario intentar nuevas alternativas, las cuales no especificó.
Antes de realizar
el viaje, Prince notificó sus planes al Consejo de Seguridad Nacional y al
Departamento del Tesoro y no hubo objeciones, indicó la persona. En un comunicado, el abogado de Prince no dio
detalles sobre su visita ni de a quién podría haberle notificado su cliente
dentro del gobierno federal.
“Antes de viajar
a Venezuela como un ciudadano privado, Erik Prince recibió orientación legal
clara, que siguió de manera escrupulosa”, dijo Matthew Schwartz en el
comunicado. “No hay nada ilegal en torno a una simple visita a Venezuela y
participar en conversaciones no relacionadas con negocios, que fue todo lo que
hizo el señor Prince. Estaríamos mejor enfocándonos en medidas que ayuden de
hecho a restaurar la paz y la prosperidad en Venezuela, en lugar de estar
preocupándonos sobre quién visitó a quién”.
Ni el Consejo de
Seguridad Nacional ni el Departamento del Tesoro respondieron a una solicitud
de comentarios. Rodríguez es una asistente clave de Maduro y también una de más
de 100 personas cercanas al gobierno de Venezuela que han sido objeto de sanciones
estadounidenses. Además, este año el gobierno de Trump impuso importantes
sanciones a la industria petrolera venezolana y prohibió que las compañías e
individuos estadounidenses realicen negocios con el régimen de Maduro.
Durante su
estancia en Caracas, Prince también se reunió con miembros de la oposición,
aunque la persona con conocimiento del tema se negó a dar sus nombres. Un
asistente de Guaidó dijo que no hubo ningún encuentro con la oposición, pero no
pudo asegurar lo mismo respecto a una pequeña facción de partidos minoritarios
que se distanciaron recientemente de Guaidó e iniciaron negociaciones con
Maduro, lo que el gobierno de Estados Unidos considera un montaje y un
desperdicio de tiempo.
Un año después de
que Washington reconoció a Guaidó como presidente interino de Venezuela con el
argumento de que la reelección de Maduro fue fraudulenta, el legislador de 36
años enfrenta una creciente presión de aliados y opositores para que presente
una nueva visión para destituir a Maduro, cuya confianza ha podido experimentar
cierta recuperación, gracias a la apariencia de recuperación que ofrece una
“inundación” de dólares en el mercado negro.
Otra persona
cercana a la visita dijo que Prince, durante su cena en casa de Rodríguez a
finales de noviembre, pidió la liberación de seis ejecutivos de la compañía
Citgo, con sede en Houston, que han permanecido detenidos más de dos años por
supuestos cargos de corrupción que, aseguran, son fabricados. Dos semanas
después del encuentro, se les concedió arresto domiciliario a los seis
acusados, cinco de los cuales poseen la doble nacionalidad
venezolana-estadounidense. La persona también habló a condición de mantener el
anonimato debido a lo delicado de la visita.
Elliott Abrams,
enviado especial de Estados Unidos en Venezuela, aclaró el 20 de diciembre que
Prince no era un mensajero del gobierno estadounidense y que Washington no
estaba participando en ninguna negociación secreta con Maduro. “Aún no conozco
a un funcionario estadounidense que diga que él o ella haya recibido informes
del señor Prince, y he estado preguntando”, dijo Abrams en una conferencia de
prensa. “Así que no sé si haya informado a algún funcionario de Estados Unidos,
y si así fue, de quién se trató”.
No es la primera
vez que Prince ha sido señalado de fungir como emisario de Trump. En 2017 se
reunió con un funcionario allegado al presidente ruso Vladimir Putin en las
Seychelles, un archipiélago en África oriental. El reporte del fiscal especial
Robert Mueller sobre su investigación de la injerencia electoral de Rusia dijo
que el encuentro se organizó con antelación y con el conocimiento de Stephen
Bannon, exasesor de la Casa Blanca.
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