Washington EEUU -
George W. Bush vio venir la pandemia. En 2005, durante sus vacaciones, Bush
leyó un libro, "The Great Influenza", sobre la gripe española que
sacudió al planeta en 1918, y quedó alarmado. Al regresar a Washington, Bush
llamó a su principal asesora en seguridad nacional, Frances Townsend, y le
pidió que elaborara un plan. "Necesitamos una estrategia nacional",
le dijo..
Unos meses
después, Bush presentó el plan con un discurso en el Instituto Nacional de
Salud con frases fueron premonitorias. Dijo que una pandemia era como un
incendio: si se la dejaba progresar, "puede convertirse en un
infierno", y podían faltar respiradores, camas, y equipos de protección
para médicos y enfermeros.
Barack Obama
heredó el plan de Bush, y, tras los brotes de H1N1, en 2009, y de Ébola, en
2014, creó una unidad especial en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa
Blanca para reforzar la defensa contra una eventual nueva enfermedad.
En 2018,
Trump la desmanteló. El gobierno de Obama dejó además un libreto de 69 páginas
para "coordinar una respuesta compleja del gobierno" al enfrentar una
eventual pandemia.
A pesar de esas
previsiones, de las fuertes medidas de cuarentena que se impusieron en otros
países, y de varias advertencias internas reveladas por investigaciones del
Washington Post, el New York Times, Politico y Axios, el gobierno de Trump
tardó en reaccionar para enfrentar la pandemia, y debió diseñar su respuesta
sobre la marcha. Hoy, un Trump furioso atacó a la prensa en la Casa Blanca,
insistió en que hizo un "trabajo increíble" y negó cualquier error o
demora. Las advertencias:
El gobierno de
Trump recibió la primera alerta formal de China sobre la nueva enfermedad. El
doctor Gao Fu, jefe de la agencia china que está abocada al control de
enfermedades, informó al director del Centro para el Control de Enfermedades
(CDC, según sus siglas en inglés), Robert Redfield. Dos semanas después, el 18
de enero, el secretario de Salud, Alex Azar, informó por primera vez a Trump
sobre el virus en una conversación telefónica.
"Tenemos un
plan", aseguró Trump a periodistas, en Davos, Suiza, el 22 de enero. Cinco
días después de que se detectó el primer caso en Estados Unidos, un grupo de
asesores se reunió con el entonces jefe de Gabinete de Trump, Mick Mulvaney,
para urgir que los funcionarios de alto rango del gobierno le prestaran más
atención al brote de la nueva enfermedad, informó el Post.
El principal
asesor de política comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, advirtió en un
memo al Consejo de Seguridad Nacional que la nueva enfermedad podía costar la
vida a 500.000 personas en Estados Unidos y generar una pérdida para la
economía de US$ 6 billones de dólares, según reveló Axios.
Ese día, la Casa
Blanca anuncia la creación del "task force" para monitorear el nuevo
virus.
Publicar un comentario