Nicaragua se debate actualmente con el
dilema de un Presidente ausente y una Vicepresidenta virtual, que únicamente se
comunica por la vía telefónica, en medio de una pandemia que agobia a todos los
países del mundo.
La gente percibe
un país sin dirección, sin estrategia ni recursos para afrontar la crisis del
COVID 19 y encaminado hacia el abismo, en medio de una incertidumbre social,
que se agrega a la sumamente deteriorada economía familiar, cuando ni siquiera
han sanado las heridas de la situación política preexistente.
La amenaza de una
eventual explosión de contagio masivo del Coronavirus, no solo pone en riesgo a
la población nicaragüense, sino a toda Centroamérica y mas allá, a como lo
vemos con los contagios de los compradores cubanos que hicieron del Mercado
Oriental de Managua la meca de sus negocios en la isla.
La ausencia de
Daniel Ortega “gobernando” el país no es nueva, data desde muchos años atrás.
En los años 80s descanso en su Vicepresidente Sergio Ramírez Mercado para la
atención de los problemas domésticos, el se asumía un líder internacional y
consideraba que su trabajo estaba mas ente los Países No Alineados, el Medio
Oriente, el África Subsahariana entre otros, lugares muy lejanos del país al
que debía de atender.
Durante su
retorno al poder en al año 2007, delego esas tareas en los Vicepresidentes
Jaime Morales Carazo, Omar Halleslevens y ahora Rosario Murillo, su esposa, que
es quien realmente gobierna y centraliza todos los poderes del Estado
nicaragüense de forma omnimoda, utilizando los resortes partidarios,
gubernamentales, militares o policiales para este fin.
Las ausencias
temporales del Presidente Ortega están vinculadas a su conocido padecimiento de
Lupus eritematoso y sus afecciones cardíacas, lo que lo obliga a viajar
constantemente a la isla de Cuba a seguir tratamiento específico para estas
enfermedades. La edad, 75 años en Noviembre próximo y su sedentarismo obligado,
hacen que los periodos de recuperación sean cada vez mas prolongados, por lo
que dichas ausencias serán más seguidas y con mayores intervalos entre sus
efímeras apariciones en publico.
Sin embargo, es
importante saber que cada vez que se ausenta suenan las alarmas entre
partidarios y opositores. Precisamente en la Semana Santa del 2014 fue uno de
estos episodios en los que se le daba por muerto en Cuba, obligando a Rosario
Murillo tomar todas las previsiones para impedir la sucesión del entonces
Vicepresidente y General de Ejercito en Retiro Moisés Omar Halleslevens
Acevedo.
En esa época
surgió de la nada un “Consejo Sandinista Nacional de Gobierno”, inexistente
hasta días antes y liderado por la entonces Secretaria de Comunicación Rosario
Murillo. Con la aparición de Ortega el propio Domingo de Resurrección, el
famoso CSNG desapareció como por arte de magia. Fueron 10 días de ausencia.
Otra ausencia prologada y muy comentada ocurrió en enero del 2019, esta vez
durante 28 días, luego de asistir a la toma de posesión de Nicolás Maduro en
Venezuela y recalar a su regreso en Cuba por sus clásicas recaídas de salud.
Esta vez, el pais
se enfrenta a una crisis de salud de inmensas proporciones, que lejos de ser
combatida con responsabilidad se hace todo lo contrario de lo orientado por la
Organización Mundial de la Salud, OMS.
Nadie olvida la
fanfarria organizada por la Vicepresidenta Murillo al inicio de la pandemia,
cuando ordeno una marcha masiva de sus partidarios denominada “Amor en tiempos
de COVID 19”, parodiando la famosa obra de Gabriel García Márquez, “Amor en los
Tiempos del Cólera”, un sinsentido que raya en la locura.
Se propicia el
contagio masivo, habiendo programado mas de 80 actividades de todo tipo en la
Semana Mayor; se reniega del uso de mascarillas, autorizando a las fuerzas
policiales descomisarlas a quienes la porten. Se ha llegado al extremo de
suplantar a sacerdotes católicos por fanáticos partidarios para sacar a las calles
las procesiones religiosas que la Conferencia Episcopal ha prohibido realizar.
Otros curas renegados de distintos municipios han desobedecido a sus
autoridades esclesiales y han procedido a realizarlas, exponiendo a los
asistentes al peligro inminente del contagio.
A medida que la
crisis y las victimas mortales aumentan en el resto del mundo, en Nicaragua se
falsean las cifras con inimaginables y oscuros objetivos. Se asegura que
únicamente hay 9 contagios, todos “importados”, dos pacientes recuperados y un
fallecido.
Sin embargo, las autoridades cubanas informan de cuatro personas
contagiadas como casos importados de Nicaragua. Paralelo a estas
contradictorias cifras, el numero de afectados por Neumonía crece
exponencialmente, a la fecha se reportan mas de 22 mil casos y casi 70 muertos
supuestamente por esta causa.
29 días después
de su ultima ausencia, este sábado 11 de abril se nos asegura por varias
fuentes en Managua que el desaparecido Ortega apareció un día antes del Domingo
de Resurrección, ganándole al mismísimo Jesús de Nazareth. Fue visto caminando
dentro de su casa en el Reparto El Carmen, mas delgado y desmejorado que antes,
lo cual daría por finalizada una potencial crisis de sucesión, mas exacerbada
en las redes sociales que real.
El Articulo 145
de la Constitución Política de Nicaragua establece que ante la ausencia del
Presidente de la República, quien lo sustituye en el cargo es el Vicepresidente
de la República, en este caso Rosario Murillo, eligiéndose al nuevo
Vicepresidente de entre los diputados de la Asamblea Nacional.
Sin embargo, la
crisis actual no es de sucesión, sino de como un gobierno irresponsable y
ausente enfrenta una crisis de salud que pone en riesgo a sus propios
ciudadanos y al resto de Centroamérica.
– Mayor en retiro.
Ex-EPS. Analista en temas Políticos y seguridad
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