Manuel Orozco, director del Programa de Migración, Remesas y Desarrollo de Diálogo
Interamericano, considera que el desgobierno en Nicaragua está poniendo en
riesgo la vida de miles de ciudadanos. “Estamos en una situación en la que el
Gobierno ha decidido, a propósito, arriesgar la salud de los ciudadanos”,
señala el investigador.
A esta grave
negligencia cometida por la dictadura de Daniel Ortega se le agrega que la
Organización Panamericana de la Salud (OPS) es cómplice, según Orozco, porque
ha cometido el “gran error de no criticar, de no exigir al Gobierno de que
acaten las medidas”. “Es políticamente indefendible ese silencio. La realidad
es que en Nicaragua hay una crisis pandémica y no verla, no significa que no
existe”, añade.
En esta
entrevista que sostuvo con Despacho 505 desde Washington D.C., Orozco habla de
los esfuerzos que han hecho el sector privado y las organizaciones
sociopolíticas ante la pandemia de Covid-19, sin embargo, enfatiza en la
importancia de la unidad de todos los sectores. “La Coalición no es que debería
estar trabajando en un Gobierno en paralelo, pero sí debería estar haciendo
funciones en la medida de lo posible que no está haciendo el Estado de
Nicaragua”, dice.
Al parecer, la
oposición no está dispuesta a trabajar de manera conjunta ante la pandemia. El
sector privado respaldó el llamado a la unidad del Incae, pero al día siguiente
la UNAB rechazó una posible tregua. ¿Qué papel juega la oposición en esta
crisis?
El comunicado del
Incae se interpretó desde las perspectivas de cada grupo. Mi interpretación del
comunicado no era que debían sentarse con el Gobierno sino tener presente, en
aras del interés nacional, cuáles son las prioridades. Ahora la realidad es
que, en este país, en cualquier país, el Gobierno es el que tiene los recursos
para ejecutar políticas públicas; y la otra realidad es que hay un desgobierno.
Uno tiene que buscar todos los métodos posibles para trabajar y resolver esta
situación.
¿Y cómo
interpreta el no tajante de la UNAB a ese llamado de unidad?
Entiendo por un
lado la posición de la UNAB, pero no puede adoptar una posición principista, y
subordinar la crisis epidémica del país a la situación dictatorial. Estamos
hablamos del futuro de todos los nicaragüenses vis a vis a una dictadura que
será derrotada.
Fue un error táctico de la UNAB
echarse encima al sector privado o irse en contra del sector, justo en
un momento donde la prioridad está en identificar las medidas más oportunas
para reducir el riesgo de contagio en el país.
Una medida es
trabajar en conjunto. Eso no significa que le estás dando paridad al Gobierno
de Nicaragua, especialmente en las circunstancias actuales; significa que el
Gobierno tiene que, por lo menos, dar alguna disponibilidad en sus mecanismos
de acción, es decir en políticas que vayan en concordancia con la OMS y la OPS,
aunque hablar de OPS en Nicaragua no tiene sentido porque ellos facilitan la
falta de políticas en el país.
¿Qué papel juega
el sector privado?
El sector privado
está jugando un papel importante, pero ellos no tienen la misma capacidad que
tiene el Estado para implementar medidas de mitigación de riesgo en salud.
Han tomados
medidas en función de la economía, en función de medidas de protección sanitaria.
La Cámara de Industria trabaja en cómo facilitar la importación de equipos
médicos y mascarillas, y trabajan con protocolos para la producción alimentaria
y los servicios que se necesitan, en tiempo reducidos.
La UNAB ha hecho
énfasis en medidas de prevención, pero estar haciendo llamados no es
suficiente, desde mi punto de vista.
La Unidad
Nacional debería estar trabajando en el contexto de la Coalición Nacional. Los
espacios de acción que puedan usarse en la Coalición Nacional incluyen trabajar
en este fondo de emergencia, aumentar los medios de comunicación disponibles
para prevenir el contacto social, ofrecer servicios médicos accesibles para
toda la población.
La Coalición no es que debería estar trabajando en un
Gobierno en paralelo, pero sí debería estar trabajando en la medida de lo
posible, que no está haciendo el Estado de Nicaragua, como los servicios
médicos. La Unidad Nacional debería estar trabajando en este contexto, también
es una cuestión de querer mantener su independencia ante sus bases, pero la
base debe entender que la prioridad es el interés nacional, y el interés
nacional es la salud de los nicaraguenses.
Guaidó propuso un
acuerdo entre todas las fuerzas políticas, que es lo que mencionó el Incae, con
la diferencia de que en Venezuela se omite a Maduro. ¿Podríamos hablar de un
acuerdo sin Ortega?
La propuesta del
Incae se sobredimensionó y sólo se interpretó el elemento de que debemos
trabajar todos juntos, es decir, eso significa que el sector privado estaba
diciendo que se iban a subordinar al Gobierno. Ahí es donde hay un error. El
mensaje que se están mandando es “trabajemos todos por el bien de la nación”.
Hagamos eso —y si el Gobierno no entra, de hecho, hay que asumir que el
Gobierno no va a entrar— trabajar en función de cómo se resuelve la crisis con
todos los sectores que han estado comprometidos con el país.
¿Qué margen de
maniobra tiene el sector privado, si tomamos en cuenta que Ortega negó a los
hospitales privados hacer las pruebas de Covid-19?
Este es un riesgo
moral muy grande, por la forma en cómo el Gobierno está tratando de monopolizar
los exámenes del virus, está restringiendo el ejercicio independiente a nivel
privado de esos test. Esto te pone en una situación complicada porque si los
médicos independientes deciden trabajar por su propia cuenta, van a tener que
buscar como conseguir los kits de test fuera del Estado y eso ya plantea una
realidad muchos más complicada y ahí veo un riesgo moral donde tus márgenes de
maniobra quedan nulos.
¿Qué hacer cuando el Estado está forzando a través de
política y fuerza el hecho de que cualquier tipo de test tiene que pasar por el
Estado? Si vos te vas a rebelar por lo menos deberías de tener algún
instrumento de rebelión de cómo serían tus test independientes. No hemos
llegados a ese momento porque los kits no son asequibles.
Hablar de
importación de test es difícil porque el Estado controla las importaciones.
Y de hecho las
están retrasando, las cámaras de Comercio e Industria han reclamado que agilice
los trámites de Aduana. Estamos en una situación en la que el Gobierno ha
decidido, a propósito, arriesgar la salud de los ciudadanos.
A estas alturas
estamos lidiando con al menos 500 casos en Nicaragua, pero ante el
desconocimiento, te vas a dar cuenta hasta cuando aparezcan los muertos. Aquí
cada quien está haciendo lo que puede, la UNAB hace lo que puede, el sector
privado hace lo que puede, pero es importante que trabajen juntos. Aunque lo
que surge es la desconfianza entre los sectores a falta de liderazgo o de
autoridad que dirija cómo es trabajar en un desgobierno.
El sector privado
habló de un Fondo de Asistencia Humanitaria. ¿Cómo podría funcionar y qué recursos
podría captar?
Hasta donde
entiendo el fondo está coordinado por un grupo de trabajo, uno de ello tiene
que ver con prevención y salud, el otro en el contexto económico, producción
alimentaria y la continuidad de servicios financieros, hay varios grupos
definiendo tareas. Los fondos vendrían del sector privado, de las empresas
mismas.
La cooperación internacional puede participar en este apoyo, ante las
circunstancias. Estados Unidos ha puesto recursos a disposición en
Centroamérica, pero ¿porqué no están en Nicaragua?, porque Nicaragua está
negando que tenga un problema serio y están rechazando cualquier tipo de
cooperación, excepto lo que sale del Banco Centroamericano de Integración
Económica (BCIE). Es posible que la USAID vaya a apoyar a la sociedad civil.
El sector privado
ha atendido con medidas de prevención y logística, pero el financiero aún no
dicta medidas de rescate ¿Puede aplicar medidas en Nicaragua para auxiliar a
los clientes?
Ellos están
buscando qué medidas van adoptar. Pero recordá que el sistema bancario ya
estaba en crisis antes de esta pandemia. Exploran ver cómo compartir la carga
para ver cómo extiende los plazos de moratoria, pero cuando hablamos de
financiamiento, también estamos hablando de las políticas que rige el Banco
Central, si el Estado no está haciendo nada, la banca tiene las manos atadas.
Partiendo de lo
que ha hecho Ortega hasta ahora, que no es nada, podemos decir que está
tratando de proteger una economía en crisis. ¿Qué explicación ve?
Ortega no está
gobernando y aunque es muy atrevido decirlo, Ortega está con serios problemas
de salud y todas las medidas contra marea están desviando la atención de que
este presidente está ausente. Lo que hay es un desgobierno, una inhabilidad de
definir cuál es la pauta a seguir ante esto. No es una cuestión económica,
porque ellos estarían gobernando por ley y obligando a las empresas a seguir
operando. Aquí no hay política, las ideas que propone Rosario Murillo son las
que conoce para manipular y conseguir apoyo clientelista.
¿Y el rol de OPS
y su representante nicaragüense? Nicaragua no ha seguido las recomendaciones de
esta organización, tampoco ha habido una reacción tratando de evidenciar que el
régimen no sigue lo que muchos países han aplicado.
La OPS es
cómplice de lo que está pasando en Nicaragua porque han cometido un gran error
de no criticar, de no exigir al Gobierno de que acaten las medidas. Es inmoral
lo que hace la OPS, no sólo se trata de la representante en Nicaragua, sino
también la directora ejecutiva de la OPS que lo está haciendo por razones
estrictamente ideológicas, apoya al régimen por solidaridad o lo que sea, pero
es cómplice de una masacre potencial que va a generarse en Nicaragua por la
pandemia.
Es políticamente indefendible ese silencio. La realidad es que en
Nicaragua hay una crisis pandémica y porque no la ves, no significa que no
existe.
Nicaragua no
cuenta con un organismo sanitario que asista esta crisis. ¿Cómo denunciar esta
pasividad?
El problema es
que estos organismos tienen como interlocutor al Estado, no al sector privado.
La OMS debe intervenir en Nicaragua con equipos médicos, desafortunadamente lo
harán cuando la crisis sea a nivel muy mayor.
Va a ser tarde…
Es que mientras
se sigan presentando casos oficiales de cinco la OMS no va a intervenir.
¿Podría contar un
registro paralelo al oficial?
Yo creo que sí.
Usted analizaba
una caída de remesas en Nicaragua por la pandemia, ¿qué impacto tendrá?
Por los menos, la
caída de las remesas es de 13% y 18% en 2020, el impacto en el crecimiento
económico de Nicaragua va a ser más de -7%.
Funides proyectó
que sin la llegada del Covid-19, la caída sería de entre -1.4% - 3.9%. Ya con
los casos en Nicaragua esto cambia todo.
Ahora estamos
hablando de una caída mucho más drástica. Nicaragua va a dejar de percibir
aproximadamente US$300 millones en remesas. La economía caerá drásticamente,
sin incluir el impacto directo de la pandemia.
Ortega o el
Estado está en capacidad de tomar medidas para atender a la gente empobrecida
que no tiene trabajo formal y que vive del día.
No está en
capacidad. Está débil, ni siquiera el Estado tiene la capacidad de atender los
30,000 casos que estimaban que podrían ocurrir durante todo un año. No hay
recursos para atender la crisis. La magnitud de este problema es sustancial.
¿Qué uso le
podría dar el régimen a las reservas internacionales?
Colocar el dinero
en el sector financiero para aumentar la tasa de crédito. El aumento de la oferta
monetaria en Nicaragua es importante. Este Gobierno no le importa Nicaragua, no
hay un interés por los ciudadanos. En este momento Nicaragua está sola, no
tiene a nadie.
La única forma de resolver es trabajando entre nicaraguenses.
Hablemos de
escenarios, he visto lo que está ocurriendo en el Ecuador, y en el caso de
Nicaragua, hacia dónde vamos partiendo de lo que se ha hecho hasta hoy.
No quisiera
hablar de escenarios, pero los nicaraguenses tienen que pensar que el contexto
de Ecuador no está lejos de su realidad.
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