Órdenes de entierro inmediato, la prohibición de velatorios, la
presencia de policías y/o funcionarios del Ministerio de Salud durante el
sepelio o personas que han muerto de forma súbita en las calles mantienen en
alerta a Nicaragua, donde las autoridades solo reconocen 16 casos y cinco
fallecidos por COVID-19, reportó la agencia EFE.
En el
departamento de Rivas, al sur de Nicaragua, dos hombres que pertenecen a la
población más vulnerable fallecieron de forma súbita en los últimos tres días,
algo inusual en el país centroamericano en medio de la pandemia del
coronavirus.
El primero fue un
hombre de 85 años que falleció en una sucursal bancaria mientras hacía cola
para cobrar su pensión y el segundo fue otro hombre, de 68 años, que murió de
forma súbita mientras conducía una motocicleta.
En el departamento de
Chinandega, en el noroeste de Nicaragua, el denominado Observatorio Ciudadano
COVID-19 ha verificado la muerte de al menos 16 personas entre el 14 de marzo y
el 4 de mayo pasados, 10 de ellas en la última semana.
"De las 10
muertes verificadas y ocurridas en los últimos cinco días, dos tuvieron un
diagnóstico de infarto, sin supuesta vinculación con COVID-19; las restantes
ocho son muertes en circunstancias sospechosas en las que las fuentes señalan
vinculación con COVID-19", explicó el Observatorio en un informe.
Según el
Observatorio, que localiza de forma independiente casos de COVID-19, las
autoridades dieron en esas muertes órdenes de entierro inmediato, prohibición
de velatorio o los sepelios contaron con presencia de policías y/o funcionarios
del Ministerio de Salud. Vecinos de Chinandega han expresado su alarma y temor
de que se trate de un brote de coronavirus SARS-CoV-2 causante de la enfermedad
COVID-19.
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