Monseñor
Juan Abelardo Mata, obispo de Estelí, dijo ayer a un grupo de nicaragüenses con
quienes compartió un almuerzo, tras ofrecer una misa en la Basílica del
Santuario a la Inmaculada Concepción de María, en Michigan, Washington, D.C.
que no hay que ceder al miedo que trata de imponer el gobierno de Daniel Ortega
en el país.
"Maquiavelo dice que a un dictador se le puede
arrojar por dos vías, una vía rápida como es el uso de la fuerza armada y una
vía lenta que también tiene eficacia si se sabe llevar", expresó Monseñor
Mata a los asistentes.
Esto, agregó, puede lograrse con "el diálogo, con
estrategias, pensando lo que el otro está pensando como en un juego de
ajedrez".
Expresó que en Nicaragua y en el exterior "hay mucho
dolor en mucha gente y el dolor si no es sanado a tiempo se enquista en la
persona y lo lleva a la desesperación".
Monseñor Mata advirtió de que la represión del gobierno
"lleva a la desesperación, el suicidio, o a abandonar la lucha" y que
"no podemos abandonar la lucha, decir mejor me callo, no digo nada,
sobrevivo. No podemos tomar posiciones de este tipo, es necesario enfrentar la
lucha con mucha hidalguía, inteligencia, con visión de futuro con mucha
inteligencia, con estrategia", reiteró.
Además indicó que esta lucha "no es de quítate tu,
para ponerme yo como está sucediendo en algunos rumbos... y por eso no tienen
la fuerza que deberían tener para poder enfrentar sistemáticamente a algo que
está destruyendo a la república"
Monseñor Mata pidió a los asistentes mantener unidas a
sus familias y "confiar en un pueblo que no se deja someter".
Por su parte, la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia expresa
su más enérgica protesta al Régimen Ortega Murillo, por la nueva modalidad de
represión: castigar a las empresas que se sumaron al Paro Nacional del pasado
23 de mayo. Respaldamos a las empresas afectadas por esta nueva represión en
las medidas legales que interpongan, como instrumento que registre la violación
a sus derechos constitucionales por parte de este régimen.
Hemos sido informados de múltiples acciones cometidas por
instancias públicas, desde el cierre arbitrario y suspensión de licencias y
concesiones, hasta el acoso directo y la amenaza.
De nuevo el régimen, predica lo que no hace. Pide suspensión
de sanciones y al mismo tiempo sanciona a dueños de pequeños y medianos
establecimientos e incluso grandes empresas, por el simple hecho de mostrar
solidaridad con los presos políticos y sus familiares.
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