El
Ministerio de salud del régimen sandinista de Daniel Ortega, brindó este
domingo un nuevo informe escueto y con muchas interrogantes sobre los casos de
coronavirus en Nicaragua.
Según el MINSA
tienen a 5 personas en "seguimiento responsable" y que se sumaron 5
personas más, por lo cual serían 10 personas "en cuido y monitoreo
responsable" aseguró Sáenz.
En la nota leida
por el secretario general del MINSA, el doctor Carlos Sáenz desaparecen al
taxista de 33 años de edad, no mencionan su estado, si fue dado de Alta o no,
tal y como ocurrió también ayer que desaparecieron del listado sin dar detalles
del paciente con coronavirus de 70 años de edad.
El sábado 11 de
abril el MINSA informó que el taxista, o sea el paciente de 33 años de
edad, lo ubicó como un caso que tuvo
"contacto con otras nacionalidades, e informaron que se encontraba "en recuperación y se
le proporciona seguimiento responsable y cuidadoso" dice la nota.
Reportaron que el
señor de 64 años de edad, "contacto de un caso importado" se
encuentra "estable y atendido".
"Un señor de
59 años de edad, contacto con otras Nacionalidades, que se encuentra estable y
atendido. Una señora de 39 años de edad, caso importado, que se encuentra
delicada y atendida" dice el reporte del MINSA.
Y sobre el
ciudadano de 76 años de edad, "que ingresó de Estados Unidos, ya está en
recuperación, y se proporciona seguimiento responsable y cuidadoso" dice
la nota.
A medida que gran
parte de América Latina se apaga frente al coronavirus , Nicaragua se destaca
como un caso atípico radical: insta a los ciudadanos a ir a la playa, disfrutar
de cruceros de vacaciones y salir a jugar juegos de pasión en la temporada de
Pascua.
En lugar de
desalentar a las multitudes, el gobierno sandinista está tratando de
fabricarlas. Está promoviendo festividades como un evento para distribuir una
golosina de fruta azucarada: "el mayor evento de almibar en
Nicaragua". Las autoridades no han cerrado fronteras, negocios o estadios.
Pero lo que
quizás más distingue a la nación centroamericana es su presidente. Daniel
Ortega no parece liderar la situación contra el coronavirus. De hecho, no ha
aparecido en público en un mes.
El gobierno dice que todavía tiene el control.
Pero los nicaragüenses se preguntan nerviosamente si el ex guerrillero marxista
está enfermo, muerto o simplemente está evitando el contacto humano.
Mientras tanto,
los grupos de salud y derechos humanos en el hemisferio están cada vez más
alarmados por el enfoque de laissez-faire del gobierno al virus mortal.
Los vecinos de
Nicaragua temen que puedan verse afectados por los efectos indirectos.
"Estamos preocupados por su enfoque, porque las recomendaciones de la
[Organización Mundial de la Salud] son para el distanciamiento social",
dijo el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado.
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